Es verdad que ya en la prehistoria, al hombre primitivo le gustaba colgar de su cuello un hueso, pieles o incluso plantas, a modo de adorno.
Los collares prehistóricos de la Edad de Piedra consisten siempre en sartas de conchas, huesecillos, dientes o piedrecillas.


El collar es una pieza que tiene más de 4.000 años. Los egipcios fueron los primeros en inventar los collares tal como los conocemos.
los collares anchos fueron los más típicos en Egipto usándolos hombres y mujeres.
Las joyas en el Antiguo Egipto las utilizaban en el ámbito religioso, en la magia y en la medicina, para ellos eran amuletos y talismanes protectores.
Los griegos limitaron su uso a las mujeres.
En la antiguedad los collares se llamaban «torques» derivado del latín «torqueo» (torcer) algunos eran retorcidos y la mayoría tenían la abertura por delante como si fuera una herradura.
A lo largo de la historia y la mayoría de las culturas y tribus han utilizado los collares como talismanes los cuáles se tomaban con mucha seriedad, pues a sus poseedores les protegían de la mala suerte o calamidades y otros les daban buena suerte.
Los consideraban como útiles y mágicos.
Hacer collares constituyen un arte, como categoría «pictórica», en que consiste combinar o mezclar diversos materiales: piedras preciosas, semi preciosas, cerámicas, etc.
La diferencia entre collares, gargantillas, colgantes…es su largo y en muchos casos es una diferencia muy sutil.
Cuando luces un collar haces que la vestimenta luzca más, con más elegancia, más informal…depende como lo combines puedes hacer que tu look sea más colorido o cambiar de estilo.
