
La Serpiente, por su capacidad para deshacerse de su piel se convirtió en un símbolo de renacimiento y renovación.
En nuestros días la figura de este animal siempre ha sido relacionado con la sabiduría y con personas de gran carácter con capacidad de convencer a los demás.
Para muchas personas, la serpiente es un animal que hay que temer y evitar, debido a su veneno se la considera «mala», pero sin embargo en muchos lugares y épocas la serpiente se la ha considerado un animal de poder protector y de sagrado.
Hace al menos 3.000 años aproximadamente que se usaban amuletos de serpientes e incluso se sigue usando a día de hoy.
Cuando antiguamente las gentes vieron que las serpientes mudaban su piel, pensaron automáticamente que eran seres inmortales.
La observaban cuando hacía la muda y veían a una serpiente con la piel incolora, sin brillo, deteriorada, con los ojos vidriosos como agonizante, al día siguiente se encontraban con la misma con una piel renovada y brillante, con los ojos de mirada clara y penetrante, como por arte de magia, creyeron que la serpiente tenía la capacidad de rejuvenecerse y por tanto que ellas eran portadoras del secreto de la «vida eterna».
Tal vez por este malentendido, los antiguos llegaron a amar y venerar a la serpiente y a protegerla. Se convirtió sagrada para el Dios de la medicina y símbolo de la longevidad y la inmortalidad.
Se llevaban en forma de anillos enroscados en los dedos, o como brazaletes enroscados en los brazos o como colgantes, sobre todo en el Antiguo Egipto, en Grecia y Roma.
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